Carcelarios de la Educación

Diario de Experiencias - OPE 2012 - PLMIF - Unicauca - Reflexión realizada en base a la experiencia del día 07 de Junio de 2012 en la Escuela Mixta Urbana San Camilo en Popayán. 

Decían que era un grupo problema, que la única forma para generar "disciplina" era por medio del comando militar, el cual era tan evidente cuando se los llamaba por los apellidos como alistando un pelotón para la guerra. Decían que no había forma para llamar su atención, pues todos iban perdiendo todas la materias de tal forma que ya no habían esperanzas con ese grupo, pues habían tratado de todo pero nada funcionada. Decían que eran tan agresivos, que se faltaban al respeto verbal y físicamente, que había que tratarlos como reos para que hicieran "caso", que el grupo, en donde eran sólo hombres, acudían a la conclusión de "ser varones" para poder existir.

Al ingresar al salón de clase, tuve una sensación tan desagradable y totalmente repugnante. Sentí el dolor que se tiene cuando se es niño y los padres lo llevan a uno al circo de paso para ver los animales enjaulados, privados de su libertad, aburridos de su muerte en vida, golpeados por sus amos para que diviertan al público. Sentí ese dolor que en la niñez se expresa por medio de un llanto deprimido y que en la madurez deja de ser una emoción honesta y se camufla por el bien moral o social. 

Esa emoción, confusa al principio, me dejó ver que el encierro, esta vez,  eran las almas de los niños. En sus ojos, ventanas del alma, ellos gritaban sordamente por un cambio, lo querían y lo deseaban tan profundamente, pero sus almas puras habían sido contaminadas por el deber ser social y no por el deber ser humano, afectados por ese militarismo incongruente con niños de tan sólo 12 años. ¿Qué querían acaso con su encierro? ¿Formar almas para la guerra?.

Había algo fundamental y netamente humano que había sido quitado de las almas de los niños. Un hecho grandioso que nos construye como humanos y que constituye como un hecho puro y natural, como la tendencia a hablar, ellos, los niños, tienden naturalmente a jugar, son "Juego por Excelencia". El juego se constituye como la actividad en donde se aprende a ganar y a perder, en donde siendo niños se hace una apuesta natural con todo lo que se para la transformación, como siempre he dicho. "No hay nada más serio para un niño que el juego". 

Ahora las almas viejas y corruptas de los "carcelarios", y lo digo así, aunque suene rudo, porque ellos han perdido esta habilidad tan natural del juego que les permite a las almas infantiles descubrirse como seres humanos, han dejado de ser educadores para ser eso, carcelarios, guardianes corruptos de almas inocentes que han perdido el sentido de lo que han escogido para sus vidas.  Aunque algunos puedan decir que se puede ser libre dentro de esa celda física, ya que nadie puede privar el alma de su propia naturaleza; sin embargo estas habían sido almas tan inocentes que se dejaron moldear dentro de un cubo que no les ofrecía las posibilidades naturales de ser niño.

Tomé entonces la iniciativa de buscar otros caminos con ellos, de liberarlos de esa calabozo en donde estaban encerrados. Me puse en su situación para detectar como era la mejor forma, debía entonces ser como ellos para compaginar, para sentir lo que ellos querían. Jugué entonces, jugué con ellos y como ellos, a tal punto que me vieran como parte de su grupo, a tal punto que se olvidaran que estaban en un salón del clase pero con la particularidad de que estaban aprendiendo lo que había sido planeado. 

Ellos reaccionaron con otros ojos, aprendieron, interactuaron; pero, aunque fue un bello momento, sus alas no eran completamente libres, el peso de las cadenas los arrastraban de regreso a sus celdas, en búsqueda de su si-no trágico. En ese momento reaccioné, sentí que si ellos volvían entonces yo también volvería a esa celda. Ahora comprendo que para romper esas cadenas, se debe regresar a lo fundamental, se debe personalizar el proceso, se debe vivir para ser y no existir para figurar. 

Entonces retomemos de nuevo los valores del juego para educar las almas infantiles que tenemos en nuestros salones del clase. La actitud de carcelario construye valor que quizás puedan funcionar en un sistema que brinda sueños bajos y pocas posibilidades de ser en realidad lo que soy. Se puede transformar a un alma desde mi propia transformación, pues el hecho de estar, influye de mil maneras en el otro, así que es imposible ser sin el otro. Juguemos nuevamente, riamos con ellos, de segura estas almas lo agradecerán posteriormente y nuestro mundo lo hará de mejor manera.

Comentarios

  1. Valiosa tarea la de romper esas cadenas de sometimiento y régimen militar que funcionan como método principal para la "educación" de los niños. Considero que ese es uno de los tantos caminos con los que, poco a poco y desde ya, se pueden ir trazando otras rutas para el aprendizaje.
    Yo también fui víctima de los carceleros, a tal punto que llegué a odiar las matemáticas y a retirarme del colegio "antes de lo debido", así que es maravilloso saber que hay personas que desean trabajar por lograr un cambio en la educación, (ésta vez sin comillas), pues ésta, a mi modo de ver, puede llamarse educación cuando hay ausencia de cárcel y de poder vertical, ese en el que el "profesor" es el que sabe y el "estudiante" el que no...
    Reitero: ¡¡¡valiosa tarea la de romper esas cadenas de sometimiento y régimen militar!!!

    ResponderEliminar
  2. Hola, me hubiera gustado invitarte a mis clases. Me parece que estás generalizando desde una sola experiencia y comprometes toda la institución.

    ResponderEliminar
  3. Es una excelente reflexión con respecto a tu sentir y pensar como maestro, y sobre todo como ser humano. Espero que tengas en cuenta que ese al que llamas "carcelario", es una perfecta replica de un sistema educativo opresor y controlador del cual es muy difícil salir . Me alegra que tu seas un maestro reflexivo, pero debes tener en cuenta la "humanidad" de esos a los que llamas carcelarios. Hubiese sido un buen gesto de tu parte leer este escrito a los docentes de la escuela San Camilo, ya que somos posibles con los OTROS , y con frecuencia los maestros padecemos cegueras frente a nuestras practicas.
    Usaste una buena metáfora para tratar este tema tan cotidiano en las instituciones educativas. Sería interesante que volvieras a tus memorias y te cuestionaras sobre aquellos factores externos que te limitaron para compartir esta reflexión con las personas que trabajan en dicha institución. Será que te educaste también bien en estos sistemas que aún te gusta complacer a dichos carcelarios ...???

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Una generación que debe ser salvada.

El Valor del Fuego

Historia, pasiones y sueños