Detente

Ahora te levantas, con la sesión de construir casas para tus carros de juguete, con la alegría de romperte los pantalones contra el asfalto y de almorzar con las manos sucias. Sientes tu respiración agitada porque piensas que ya se acabó, piensas que ya es pasado, piensas que no es necesario, que eres diferente, porque creciste. Hoy, al igual que mañana y pasado mañana, te hago una invitación. Abre la puerta para pasar nuevamente muchas horas bajo el sol y la luna, con los bolsillos llenos de ilusiones, con tus pulmones llenos a pasto recién cortado, con tus zapatos rotos y mal amarrados, con tus manos llenas de esperanza. Así que corre como nunca lo has hecho, grita hasta quedarte sin voz, juega al vaivén del viento, vive las mañanas y las noches riéndote a carcajadas, sueña que para ser niño de nuevo lo único que necesitas es de ti mismo ¿estás listo para abrir las puertas?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una generación que debe ser salvada.

La ironía del liderazgo

Volvemos a escribir