Practico lo que predico

Seminario sobre Paulo Freire - OPE 2012 - PLMIF - Unicauca - Reflexión realizada en base a la lectura del primero capitulo "No hay docencia sin discencia" del libro "La pedagogía de la Autonomía - Noviembre de 2012 

Son bonitas las palabras; pero enserio ¿estás en la capacidad de ponerlas en práctica?

Educar sin contexto, sin relación con el mundo humano y natural, sin observación de hechos reales, sin procesos de escucha en doble vía, no tiene sentido desde la misma perspectiva biológica de la humanidad; cuando los primeros hombres se sentaban alrededor del fuego para contar historias que los construían como comunidad, el personaje más sabio y ético tenía un espacio central en donde se armonizaba el uno con el otro para encontrarse a sí mismo como reflejo del otro. Ahí al calor de las llamas se hablaba de asuntos que pudieran ser útiles para la vida misma, para la caza, para la familia, en fin, para el contexto.

Contextualizar la educación, darle utilidad a lo aprendido, encarar creativamente los asuntos de la vida desde una perspectiva crítica de doble vía, no es una situación sencillo. Se requiere, no sólo de pensadores llenos de conocimientos extraídos de libros, sino que se debe entrenarse a sí mismo en un universo ético y humano, de relación con lo que se es y con lo que se dice. El rol del maestro, profesor, formador, educador, como se le quiera llamar no puede existir sin la filosofía de la reflexión, sin la epistemología de la curiosidad, sin la siembra de la vida en el espíritu de los niños. 

Somos conscientes de un sinfín de situaciones y hechos que se desarrollan dentro del salón clase, los hemos visto con nuestros ojos y los hemos vivido en carne propia, hemos hablado al respecto y hemos buscado estrategias para enfrentar dichos acontecimientos; pero hagamos un alto en el camino para pensar si vivimos la educación en toda su dimensión desde nuestro rol como humanos, en donde éticamente no podemos ser sin el otro, en donde en la constante búsqueda de la reflexión nos lleva el punto de pensar que la construcción humana nos lleva a hemisferios más complejos de la existencia y de la realidad

Se hace entonces necesario hacer un alto en el camino y revisar nuestra filosofía de vida, emprendiendo un viaje interno que nos permita revelarnos ante nosotros mismos nuestros propios objetivos de vida, en donde descubramos nuestra humanidad y logremos enfrentar nuestros miedos más profundos. El acto de enseñar, existe siempre y cuando el ser que hace la acción haya comprendido, desde la su humildad y sencillez, la complejidad e importancia de estar enfrente de niños que curiosamente observan, piensan, concluyen y son. 

La academia no puede ser en sí misma sin una relación con la realidad, el entorno y las situaciones que se viven. Formar el pensamiento crítico desde la crítica educativa para la vida. Desarrollar actitudes para enfrentar la vida de la formas más acertada posible. ¿De qué me sirve aprender un sinfín de herramientas teóricas cuando se convierten obsoletas en la práctica? 

Construirnos como seres éticamente naturales que buscan la reflexión constante de sus acciones no es un proceso gratuito; se debe observarse a sí mismo para desarrollar un pensamiento crítico con bases espirituales. Es aquí en donde el proceso se complejiza; pues pocos estamos en la capacidad de aceptar humildemente nuestros procesos no acertados y los camuflamos en máscaras y fachadas que no nos dejan ser nosotros mismos, no sólo en frente de los niños, no sólo en el salón de clase, sino que auto-ocultamos nuestra esencia generando como resultado una discordia interna expresada externamente de mil y un manera inadecuadas. A pesar de todo esto estamos en frente de los niños, diariamente, liderando su proceso de vida. Hay que detenerse y buscar otras perspectivas para que nuestro navío gire aunque sea un grado para que a la larga se llegue a un destino diferente.

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